Las curiosidades arquitectónicas de Madrid son numerosas. A diferencia de otras ciudades como Barcelona, con su modernismo, o San Sebastián, con incontables edificaciones afrancesadas, la capital española se caracteriza por su eclecticismo.

Y esa variedad de estilos ha constituido hitos arquitectónicos que han contribuido a la belleza caótica y armónica de la ciudad de Madrid.

En Impact Homes tenemos una sola pasión, la arquitectura, y por eso en este post te hemos preparado una lista de joyas arquitectónicas de Madrid. Entre ellas, hay algunas que contribuyeron en su época al prestigio internacional de la ciudad. También mencionamos lugares desconocidos en Madrid que son una fantasía arquitectónicamente hablando.

En Impact Homes apostamos por la sostenibilidad, creando un impacto positivo en la sociedad mediante el desarrollo de proyectos de vivienda asequible. ¡Prepárate para seguir esta ruta arquitectónica madrileña!

Madrid, una ciudad que enamora por sus maravillas arquitectónicas

Madrid tiene numerosos lugares por descubrir. Lo que enamora de esta ciudad es que nunca descansa y tiene, pero tanto, mucho que ofrecer a todos aquellos que la visitan.

Es una ciudad que merece la pena vivirla y disfrutarla en su máximo esplendor. Podemos empezar a descubrirla por sus joyas arquitectónicas. A veces, es bueno hacer de turistas dentro de nuestra propia ciudad, prestar más atención a lo que tenemos enfrente e interesarnos por ello.

Apunta las siguientes curiosidades arquitectónicas de Madrid para ir a visitarlas y disfrutar de su belleza.

Ejemplos gráficos sobre algunas curiosidades arquitectónicas de la ciudad de Madrid

El Palacio de Santoña

Entre las curiosidades arquitectónicas de Madrid podemos encontrar el Palacio de Santoña. Es una joya arquitectónica de gran valor artístico e histórico, ubicado en el barrio de Las Letras de Madrid, cuenta con versátiles salones que se convierten en el escenario ideal para eventos, conferencias, ferias, desfiles, reportajes fotográficos o producciones cinematográficas.

El Palacio de Santoña fue el punto de encuentro de la sociedad madrileña en el siglo XIX.

Se encuentra ubicado en pleno centro de la capital madrileña y data del XVI. Fue adquirido por el Duque de Santoña en 1874. Décadas después, en 1933, el entonces presidente de la Cámara, Don Casimiro Mahou, adquirió este singular edificio que pasó a convertirse en sede institucional de la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Madrid.

Con su escalera de gala, construida al estilo de los palacios renacentistas italianos, ofrece un marco incomparable para rodajes, reportajes fotográficos y sesiones de moda. Para aquellos eventos que requieren de una gran capacidad, el Palacio Santoña cuenta con un Salón de Actos, antiguo Salón de Baile del inmueble palaciego, y la pieza más barroca del edificio, que constituye un espacio ideal para ponencias o entregas de premios. Además, permite convertirse en una espectacular sala diáfana con capacidad para hasta 120 personas. En aquellos casos en los que este espacio se quede pequeño, el Salón Luis XV puede utilizarse como sala auxiliar del salón de actos o para la realización de eventos más sobrios.

Para eventos con bastante capacidad es ideal el Salón Oriental, un espacio idóneo para la celebración de desayunos empresariales o presentaciones de productos. En aquellos casos en los que se busca ofrecer un desayuno o cena de hasta 40 personas, el Salón Turco, cuya decoración está inspirada en la Alhambra de Granada, resulta el marco perfecto; pero, si lo que se busca es disponer de una sala con capacidad de hasta 100 personas, el palacio cuenta con el Comedor de Gala.

Otras de las salas que destacan dentro del inmueble es el Salón Renacentista, una pequeña habitación de paso con gran riqueza decorativa, perfecta como antesala o recepción. También llama la atención la Sala Rotonda, un espacio de gran originalidad arquitectónica, que se convierte en un enclave ideal para pequeñas reuniones o recepciones VIP.

La Casa de las flores

Balcones llenos de flores, que inspiraron al poeta chileno Pablo Neruda, dan el nombre a esta casa. Ubicada en Argüelles, fue inaugurada en 1934, durante la Segunda República, como parte de un proyecto de ensanche de Madrid.

El diseño de este bloque de viviendas forma parte de la arquitectura racionalista que se extendió por varios países en la década de los 30. Similar a la filosofía que impulsó la ciudad lineal, la Casa de las flores representa a una forma de entender la vivienda antropocéntrica. El edificio, de cinco pisos, cuenta con 288 viviendas, todas exteriores, bien iluminadas, ventiladas y funcionales, predominando así su carácter higienista, propio de la vanguardia de la época. Los pisos están distribuidos en torno a tres patios, de los cuales el central es el
de mayor tamaño.

El mítico edificio Capitol

Probablemente, no habrá un madrileño que desconozca el gran cartel de Schweppes que se encuentra en la Plaza de Callao desde lo alto de la Gran Vía 41.

El gran letrero está colgado sobre un no menos emblemático edificio, El Carrión, otra de las curiosidades arquitectónicas de Madrid, aunque la gente lo suele llamar el Capitol, ya que alberga a este cine en su interior.

Al igual que la Casa de las flores, fue levantado en la década de los años 30, con dos estilos muy característicos de su época. En el exterior es racionalista y por dentro art-decó.

El Carrión, además de ser un símbolo incuestionable de la década de los 30, fue el primer edificio con sistema de refrigeración de toda la ciudad.

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Museo ABC

El Museo ABC figura entre las curiosidades arquitectónicas de Madrid. Abrió sus puertas en 2010 en este edificio del barrio de Conde Duque, realizado por José López Salaberry, que albergó la primera fábrica de Cerveza Mahou. El museo custodia la Colección ABC, una de las mayores colecciones de ilustración del mundo, declarada Bien de Interés Cultural. Desde 2023, el Centro Cultural municipal Clara del Rey comparte edificio con el museo, colaborando ambas instituciones en la producción de proyectos conjuntos que promuevan la difusión del arte y de la ilustración, aunque son independientes, contando cada una con su propia programación.

El museo cerró temporalmente desde el 12 de marzo de 2020, como consecuencia de la pandemia de la COVID-19. Su dirección se replanteó y repensó entonces el futuro del centro, bajo la premisa de asegurar la conservación de la Colección ABC.

Por su parte, la Junta Municipal de Centro se hizo cargo del edificio, al que en 2023 trasladó el Centro Cultural Clara del Rey que, hasta ese momento, se ubicaba en la calle de la Palma. A lo largo de 2022, se llevaron a cabo distintas obras de adaptación del edificio a las necesidades del centro cultural.

Finalmente, el 13 de marzo de 2024, el museo reabre sus puertas para mostrar de nuevo la riqueza de sus fondos, compuestos por 150 000 obras de 500 artistas y la programación de exposiciones temporales.

Los 3700 m2 del edificio, denominado actualmente como Centro Cultural Clara del Rey – Museo ABC, se dividen en cinco plantas, dos bajo rasante, en las que se encuentra la sala de exposiciones del Museo ABC, y 3 plantas superiores pertenecientes al Centro Cultural Clara del Rey en las que hay diferentes espacios para aulas y talleres, zona de gimnasio, sala de usos múltiples, un amplio auditorio y una zona para conferencias. En él, se mantiene parte de la configuración original del edificio de ladrillo visto construido en 1891, que posteriormente ha sido objeto de remodelación por el estudio de arquitectos Aranguren y Gallegos, que incluyó la incorporación de una moderna fachada en el patio que comparte con la entrada del edificio aledaño. Una configuración que no solo reforma el espacio para su uso, sino que también lo integra en un entorno de edificios históricos.

La ciudad utópica

“En la Ciudad Lineal, a cada familia una casa; en cada casa una huerta y un jardín”

Con este lema, el urbanista Arturo Soria diseñó el concepto de ciudad lineal, a finales del siglo XIX. Consistía fundamentalmente en cuatro elementos: una calle o avenida ancha –40 mts.-, rodeada de viviendas unifamiliares alineadas, y en torno a estas, bosque. Y como elemento central, para comunicar a sus habitantes, estaba el tranvía.

Pero, más allá de la estructura, la ciudad lineal, partía de un ideal, de una filosofía, de una forma de vivir y entender las ciudades. La clave era humanizarlas. Se buscaba romper con el diseño radiocéntrico que caracterizaba a urbes como París. Soria rechazaba este modelo porque consideraba que condenaba a la clase obrera a vivir aislados en las periferias de las ciudades, mientras que los habitantes más adinerados albergaban en el centro.

Con esta idea, el urbanista Soria se adelantó a una serie de movimientos arquitectónicos internacionales basados en el humanismo, y que tenían al hombre y su calidad de vida como objetivo principal. Entre los más destacados está el francés Le Corbusier o el racionalismo de la Bauhaus.

Edificio Longoria

El edificio, que forma parte del listado de las curiosidades arquitectónicas de Madrid, fue construido por el financiero Javier González Longoria para residencia familiar y oficinas de su sede bancaria. Es obra de José Grases Riera, quien entre 1902 y 1904 construyó este palacio convirtiéndolo en ejemplo del movimiento modernista en Madrid, aunque en la estructura y distribución interior adoptó criterios más tradicionales. Se levanta sobre un solar en esquina ligeramente cuadrado, su estructura está formada por dos cuerpos rectangulares unidos mediante un torreón circular donde se instala la escalera imperial coronada con una cúpula de hierro y vidrio. Esta forma en L permite tener un patio-jardín interior, la fachada a este patio está formada por una galería porticada sobre soportes en forma de palmeras con pabellones semicirculares en los extremos.

El alzado exterior está retranqueado para permitir la llegada de luz a los sótanos. Ambas fachadas están realzadas en piedra artificial con formas suaves, y una decoración que lo invade todo enlazando unos elementos con otros. En 1912 se vendió el edificio y fue reformado por García Nava para la Compañía Dental Española. Desde ese momento sus interiores se fueron degradando y desapareció la distribución original para acoger, entre otros, a su actual propietaria, la Sociedad General de Autores, que compró el edificio y encargó a Arniches una radical transformación en 1950. La misma Sociedad emprendió en la década de 1990 la restauración de la fachada que estaba muy deteriorada y la rehabilitación total de los interiores, dirigida por Santiago Fajardo.

Librería Bardón

Se encuentra en el corazón de la ciudad, en la Plaza de San Martín, y tiene 60 años de vida: fue fundada en enero de 1947 por D. Luis Bardón López. Presume de ser «la librería anticuaria de referencia en España». Una librería diferente a aquellas en las que el amante de los libros suele perderse, entre pilas de libros y polvo. La librería Bardón recuerda a una cuidada y hermosa biblioteca en la que el ambiente envolvente invita a pasar horas y horas buscando alguna «joyita».

Es una de las curiosidades arquitectónicas de Madrid más bellas del mundo. Las nietas del fundador, Belén y Alicia Bardón son las actuales propietarias y las que se encargan de ampliar el fondo de la librería. Hoy por hoy cuenta con cincuenta mil ejemplares.

Su especialidad son las ediciones tempranas, desde incunables (libros editados desde la invención de la imprenta hasta principios del siglo XVI), hasta ejemplares del siglo XVIII. Tienen hasta libros impresos en los siglos XIX y XX. Venden desde el libro muy especial destinado al coleccionista particular o instituciones públicas, hasta un libro más asequible. También han intentado acercarse al público joven que hasta entonces siempre había sido complicado.

Entre los incunables más valorados se encuentran un ejemplar de 1480 de las Epístolas de Marco Tulio Cicerón. También hay una primera edición española de cinco obras filosóficas de Séneca de 1491 y otro ejemplar del primer libro heráldico impreso en España de Fernando Mexia, del año 1492. Además, tienen documentos anteriores a estos incunables, como cartas manuscritas de algún monarca. Es fácil perderse entre los volúmenes exquisitos ordenados en las estanterías de Bardón, pero cuando menos te lo esperas, algún libro sorprendente como un ‘Lazarillo de Tormes’ de 1587 o la primera impresión de ‘El Quijote’ en Bruselas del año 1607.