En los últimos años, los efectos del cambio climático se están haciendo cada vez más palpables. La destrucción de los entornos naturales, la sobreproducción o el desperdicio de recursos nos obligan a cambiar nuestra forma de vivir. Y, una de las formas de reducir nuestra huella de carbono es optimizando nuestros hogares y optando por una vivienda sostenible.
Todos conocemos el impacto negativo que nuestras actividades tienen sobre este planeta y que no permiten la supervivencia humana a largo plazo y esto se debe abordar desde todos los ámbitos de nuestra vida. Sin duda, los espacios que habitamos cobran especial importancia en el impacto medioambiental, transformar nuestra construcción hacia un escenario con consciencia y respeto absoluto por el entorno y las personas es una cuestión de supervivencia.
En este post trataremos de informarte sobre la importancia de las viviendas con un impacto medioambiental positivo y los elementos que hacen que una vivienda cumpla tenga un impacto medioambiental positivo a nivel arquitectónico.
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La importancia de la vivienda con un impacto medioambiental positivo
La sostenibilidad está directamente relacionada con nuestra salud: no hay salud en un planeta enfermo. La construcción genera un impacto sobre el planeta y este impacto es medible. Actualmente, es posible medirlo prácticamente todo y por eso es posible conocer con precisión el impacto que tienen muchas de las afectaciones que genera el proceso de construcción de edificios y el desarrollo de su vida útil sobre el medio ambiente y la salud de las personas. Todo esto debe servir para lograr tener una vivienda con impacto medioambiental positivo.
La construcción o rehabilitación de una casa, requiere una gran cantidad de materiales con procesos extractivos y de transformación más o menos intensivos que no solo agotan recursos planetarios limitados, sino que también consumen mucha energía que tiene su origen en fuentes fósiles, como el petróleo o el carbón. Algunos de estos materiales proceden directamente de la materia prima del petróleo, como es el caso de los aislamientos plásticos o las ventanas de PVC. Además, estos materiales suelen recorrer largas distancias hasta ser colocados en obra y, a excepción de las fibras vegetales o la madera, tampoco son renovables lo que significa que su extracción o bien está dañando ecosistemas o bien está agotando minas y recursos geológicos sin posibilidad de recuperación.
Además, la mayoría de los materiales que se emplean para construir los espacios que utilizamos en nuestra vida no se colocan directamente, sino que son protegidos con pinturas sintéticas en el caso de paredes, con barnices en el caso de muebles o con retardantes de llama y otros compuestos tóxicos en el caso de tejidos. Se trata de compuestos químicos que se emiten en pequeñas cantidades al ambiente a lo largo de toda la vida útil del material y que afectan negativamente a la salud de las personas. Por eso, el impacto de nuestras construcciones sobre la sostenibilidad y la salud humana toma una exclusiva importancia en un escenario de emergencia climática, donde se ve amenazada la supervivencia humana en este planeta. Por eso es tan importante lograr tener una vivienda con impacto medioambiental positivo.
¿Cuál es el impacto de la construcción en el medio ambiente?
Existen muchas categorías de impacto. El sector está empezando consensuar cuáles van a ser las categorías de impacto y cómo se van a medir. Desde hace años contamos con certificaciones privadas que categorizan los impactos de la construcción, pero no fue hasta diciembre de 2023 cuando el Parlamento Europeo aprobó una directiva que exige declarar el potencial de calentamiento global de los edificios.
Esta directiva establece, para la evaluación del impacto de los edificios, seis categorías que incluyen los siguientes grupos:
- Emisiones de gases de efecto invernadero a lo largo del ciclo de vida del edificio, en este caso viviendas.
- Ciclos de vida de los materiales, que sean circulares y eficientes desde el punto de vista de los recursos.
- Uso eficiente de los recursos hídricos.
- Espacios sanos y confortables.
- Adaptación y resiliencia al cambio climático.
- Coste y valor del ciclo de vida completo de la casa.
Estas categorías permiten identificar impactos clave en la construcción, como la gestión hídrica en España o la calidad del aire interior, que ahora son críticas para el bienestar y sostenibilidad.
¿Qué tener en cuenta a la hora de construir una vivienda sostenible?
Al diseñar una casa sostenible, es importantísimo tener en cuenta las regulaciones locales y normativas de construcción. Investigar y cumplir con los códigos de construcción y permisos específicos para proyectos sostenibles es crucial. Muchas áreas tienen incentivos, ayudas vivienda sostenible o requisitos específicos para tecnologías verdes, como paneles solares o sistemas de recolección de agua de lluvia. Es importante contar con profesionales que comprendan las regulaciones locales y estén familiarizados con las prácticas de construcción de casas sostenibles.
¿Cómo reducir el impacto medioambiental de nuestra vivienda?
En lo primero que hay que centrarse es en usar de forma eficiente la energía. Se puede comenzar por lo más básico, nos referimos a la luz natural. Intenta mantener las cortinas abiertas hasta última hora del día para aprovechar al máximo la luz del sol. Otra recomendación que te damos es que cambies las bombillas por otras de bajo consumo y que desenchufes todos aquellos aparatos que no estés utilizando, así como emplear pilas recargables en lugar de las típicas de usar y tirar.
Otros tips para conseguir un ahorro energético es establecer horas de comidas para todos los que viven en casa y poner el lavaplatos y la lavadora únicamente cuando están ya llenos. Con esto conseguirás no solo utilizar eficientemente la energía, sino que ahorrarás en tu factura de la luz, que seguro que te vendrá muy bien.
Otro de los consejos que debes tener en cuenta para conseguir tener una vivienda con impacto medioambiental positivo es que seas responsable con el uso del agua. Intenta utilizar menos cantidad de agua a diario y esto pasa por revisar las tuberías para reparar las posibles fugas hasta utilizar el agua sucia para regar las plantas. También, decántate por ducharte en lugar de por bañarte siempre que sea posible.
Para mejorar el impacto ambiental de tu vivienda también puedes apostar por comprar en negocios locales. Cuando consumes alimentos de kilómetro cero puedes reducir el CO₂ de cada compra y reducir la huella de carbono. Al hacer tus compras en sitios cercanos estás evitando el transporte de mercancías y apostando por los recursos de tu zona.
También puedes esforzarte en limitar tu producción de residuos. Piensa en reducir tu basura y hazlo antes de hacer la compra: evita comprar plásticos y apuesta por el cartón o el cristal para transportar o almacenar. Evita comprar con bolsas de plástico, mejor emplea bolsas de tela y úsalas una vez tras otra.
Además, puedes darles una segunda oportunidad a artículos de uso cotidiano buscando nuevas formas de que te sean útiles. Puedes reciclar todo tipo de productos y darles una segunda vida.
Y no dudes en apostar por productos reutilizables como vasos, tazas o termos, y en la medida de lo posible evita los plásticos de un solo uso, porque contaminan mucho y afectan a la flora y a la fauna del planeta.
Y nuestro último consejo es que separes la basura y que recicles el vidrio, el papel y los envases, en la medida de tus posibilidades.
Conclusiones
Para conseguir tener una vivienda con impacto medioambiental positivo debes poner en práctica los consejos que te hemos ofrecido en este post. Opta por materiales sostenibles, incorpora tecnologías verdes (paneles solares, sistemas de eficiencia energética), y diseña espacios que aprovechen la luz natural y la ventilación. Estas son medidas clave para aminorar el impacto de tu hogar en el medioambiente.
